lunes, 19 de mayo de 2014

Arqueología de un silencio

Objetos de Celeste Martínez
Del mismo modo que la oscuridad es otra de las mutaciones de la luz o que la quietud es el presagio de la tempestad, el silencio es eco desarticulado, falsa alegoría, complicidad tácita, murmullo contenido, duplicidad ambigua. Características y virtudes todas ellas reproducidas en la obra de Celeste Martínez, quien, con precisión quirúrgica, le brinda a los objetos de su estudio una identidad  voluble: simuladas mariposas, fingidos senderos azules y violáceos, hendiduras rugosas. En la exactitud de la disposición de esos objetos, Martínez camufla su naturaleza prodigiosa.

Con la minuciosidad de quien pretende develar un crimen, la artista recoge materiales y se sirve de ellos para configurar una escena única que expone la esencia de su obra: la ironía del estridente neón, que nos exige silencio; la pulcritud de la cuerina sintética; están la madera y el vidrio, que ofrecen sutileza y transparencia; hay planos negros y luces apagadas, formas oblicuas de un misterio que rehúsa develarse; la gélida cerámica, con la que se le da forma a la tensión entre lo estético y lo terrible.

En el juego sutil que desde el comienzo pauta Martínez con el que observa su obra no existen reglas comunes a ambos. La artista le ofrece falsas pistas para llevarlo al encuentro de una realidad que surge de la tensión entre lo que se ve y lo que no se ve.
Ezequiel Lavena
Hasta el 5 de junio
De martes a viernes de 15 a 21 y sábado de 12 a 18
El Mirador Espacio  –  Brasil 301  –  4361-0711
Entrada libre y gratuita

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